Rubén Hernández/Tlaxcala Times
TLAXCALA, Tlax., 23 de julio de 2025.- Pese a pactos, firmas de convenios y anuncios del gobierno para salvar el río Zahuapan, en la última década las acciones han sido inútiles y la contaminación del sistema hidrológico Zahuapan-Atoyac (SH:ZA) ha sido alarmante al grado de descargas industriales con metales pesados que han determinado una emergencia sanitaria y ambiental.
En total, existe el registro que 22 municipios con descargas industriales de más de 8 mil empresas que contaminan diariamente el río Zahuapan desde su nacimiento en la sierra de Tlaxco, recorre la parte central del estado , recibiendo aportes de varios arroyos y ríos hasta su conexión con el estado de Puebla, para convertirse en el Atoyac y derivar en el río Balsas en Guerrero, para desembocar finalmente en el Océano Pacífico.
Desde su nacimiento hasta su paso por el estado de Puebla, este río atraviesa 51 municipios 26 en el estado vecino y el resto en la entidad tlaxcalteca.
Las descargas van desde aguas residuales de origen urbano, pasando por agrícola e industrial, estas últimas se concentran en 22 municipios de la entidad que arrojan al afluente metales pesados como plomo, arsénico, cromo, cadmio, mercurio, níquel y zinc,, lo que refiere una inmindente intervención de las autoridades ecológicas que a pesar de conocer sobre el tema han evadido su responsabilidad y han permitido el daño por décadas.
Se trata de empresas instaladas en el centro, norte, sur, oriente y poniente del estado, en los municipios de Tlaxco, Xaloztoc, Tetla de la Solidaridad, Apizaco, Yauhquemehcan, Cuapiaxtla, Huamantla y Zitlaltepec.
Además de Tetlatlahuca, Tepetitla, Calpulalpan, Ixtacuixtla, Apetatitlán, Chiautempan, La Magdalena Tlaltelulco, Tlaxcala capital, Santa Isabel Xiloxoxtla, Teolocholco, Acuamanala, Papalotla, Zacatelco y San Pablo del Monte, en total 22 municipios contaminantes con aguas industriales al Zahuapan.
Las descargas son aproximadamente de 15.2 millones de metros cúbicos de residuos químicos de más de 8 mil empresas, principalmente de las industrias química, textil y automotriz, empresas que no cuentan con permisos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).
En tanto, las estimaciones anuales de descargas de agua negras vertidas al río Zahuapan rebasan los 32 millones de metros cúbicos, de estos el 40 por ciento de agua es saneada, mientras que el restante es liberado al río, en tanto, el 80 por ciento de las aguas negras en la zonas rurales son descargadas que van directamente al río.
Entre la empresas señaladas se encuentran Servicios Refresqueros del Golfo y Bajío (Coca-Cola), Bayer de México, Grupo Textil Providencia, Porcelanite Lamosa y el Fideicomiso Ciudad Industrial Xicohténcatl (FIDECIX).
De acuerdo a la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), estas empresas vierten sus desechos al río Atoyac-Zahuapan y con ello, forman parte del grave problema de contaminación de este afluente en su paso por la entidad hasta llegar al estado de Puebla.
En el mes de marzo de este 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, lanzó un plan para recuperar los cuerpos de agua más contaminados del país, entre ellos el río Zahuapan o lo que es llamada como la cuenca del Alto Atoyac (Tlaxcala-Puebla).
Este saneamiento se basará en medidas como rehabilitación de plantas de tratamiento, coordinación con municipios, además de acuerdos con los distritos de riego para el mejor aprovechamiento del agua mediante la tecnificación, además de sanciones a industrias contaminantes.
Tras iniciar las reuniones para el saneamiento del río Zahuapan en la entidad, fueron detectadas 230 descargas irregulares y contaminantes al río Zahuapan en tan solo cinco municipios, sin contar el restos de las jurisdicciones que son consideradas como contaminantes directas de residuos industriales a este afluente.
Finalmente, en este año se intenta iniciar con la recuperación del río Zahuapan y poner inicio a la solución de aquellas descargas irregulares al afluente, además de sanciones a las empresas contaminantes, aunque estas promesas llevan décadas y en la realidad no se ha hecho nada al respecto, por lo que el río cada día se ha convertido en un drenaje a cielo abierto cargado de metales pesados que afectan el entorno social, ecológico y la salud.




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