TLAXCALA, Tlax., 19 de mayo de 2025.- La Bajada de la Virgen de Ocotlán a las calles de la capital de Tlaxcala, es un acto que rememora el peregrinar de la Virgen María desde Nazareth hasta Judea, por eso desde 1641 que se realiza esta procesión, es para dar su mirada a la ciudad y llevar el mensaje de esperanza y fe al pueblo tlaxcalteca.
Así, el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, resaltó que María es peregrina y por eso invita a todos a serlo y vivir en la luz, dolor y gloria.
“María baja a nuestra ciudad y lleva a Jesús en su mirada y en su presencia nos lo entrega, por eso recorrer nuestras calles, su mirada y su presencia irradia a Jesús y de su palabra, para ser sensibles a las necesidades de los demás”.
Esta imagen dijo, recorrió nuestra capital, pasó por las calles, su mercado, plazas, central camionera y frente a sus edificios públicos, mismos que se llenaron de color en sus decorados, con adornos de color blanco y azul, sus calles tapizadas de alfombras de aserrín y los portones de las casas con altares, veladoras e imágenes para esperar a la Virgen de Ocotlán y hacer sus peticiones de salud, dinero y trabajo, además de la misericordia de Dios.
La llegada de la Virgen al centro de la ciudad dijo, asemeja al gozo que sintío su prima Isabel al tener la visita de “nuestra Madre”, y descubre en los ojos de María y su mirada la presencia la presencia de Dios, al darse cuenta que va a ser madre del Salvador, madre de Jesús.
La virgen peregrina dijo, enseña a las personas a ser peregrinos de esperanza y los invita a que vayan donde hace falta una presencia, una cercanía, una palabra a los enfermos, a los ancianos y aquellos que están en situaciones difíciles, por lo que su recorrido por la ciudad y con toda la Diócesis de Tlaxcala es una bendición para los tlaxcalecas, porque acerca a Jesús y a todos a ser peregrinos de esperanza.
Finalmente, el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, reiteró en esta comparación, que la visita de la imagen de la Virgen de Ocotlán a la capital del estado, es para recordar el peregrinar que hizo María desde Nazareth hacia Judea para anunciar a Isabel que sería madre de Jesús, para escapar y poner a salvo la vida del niño que sería el Salvador del mundo y de los pecados.














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